Llegaron Thomas y Johan con refrescos y chatarra. Creo que era un día de fiesta para ellos por que lía y Raquel estaban extrañadas pero a la vez felices
-¿Qué hacen aquí?- pregunto Raquel
-pues como no terminaste de celebrar el cumpleaños de Johan, trajimos la fiesta acá- dijo Thomas
-¿y la fiesta son 2 refrescos y 2 bolsas de papas?
-pues que quería la reina ¿caviar o langosta?
-pues una langosta estaría bien- dijo lía
-si pues confórmense con esto ya que hicimos una fila de 2 horas
-bueno esto esta bien- dijo Raquel
-me parece perfecto entonces a comer se ha dicho- dijo lía
Lía y Johan estaban platicando de necedades como siempre, sobre todo lía, que ese día se reía por todo
-haber dime johancito, ¿que es lo mas vergonzoso que te ha pasado?
-me da pena contártelo
-hay equis, estamos en confianza- lía parecía borracha de tanto que se reía
-Muy bien, fue cuando tenía 9 años. Mis amigos y yo le queríamos hacer una broma al nerd de la clase poniendo pegamento en su silla y cuando se levantara se le rompieran los pantalones y se le vieran los calzones, entonces resulta que ese niño no fue a clase y la maestra se dio cuenta de que estaba vacía y me dijo que me sentara allá y yo le rogué que no y reinvente mil excusas pero no pude, entonces se me pegaron los pantalones pero no solo los pantalones, también se me pegaron los boxers y ya te imaginaras……
Lía se empezó a reír como loca al escuchar la historia
-haber ahora es tu turno de contar tu historia mas vergonzosa que hayas tenido
-pero es que a mi también me da pena
-pues a mi igual me dio pena pero te lo conté por que eres la persona en la que más confío
-gracias tu igual eres la persona en la que mas confío aparte de Raquel claro y por eso te contaré. Estábamos Raquel y yo mandándonos cartitas en medio de la clase y lo peor de todo es que en esa cartita estaba el nombre del niño que me gustaba, en eso el maestro nos cacha y lo leyó en voz alta.
A Johan le comía la duda de quien era ese niño
-y se puede saber el nombre de ese niño
-no
-y que paso con “tu igual eres la persona en la que mas confío”
-pues te lo diré en otro momento, ahorita no
-esta bien – dijo en tono de enojado
-ya no seas amargado y vamos a bailar- dijo lía mientras jalaba a Johan del brazo.
Raquel y Thomas estaban en el jardín columpiándose en unos columpios que había allí.
Los dos estaban contándose chistes, cuando Thomas se da cuenta de que Raquel estaba un poco pálida.
-Raquel, ¿estás bien?
-Emm… si, ¿por?
-Es que te veo un poco un poco pálida.
-No creo que sea algo de que preocuparse.
Thomas no se queda tranquilo por la respuesta de Raquel, entonces le toma la temperatura y se da cuenta de que tiene algo de fiebre.
-¡Raquel tienes mucha fiebre!
Raquel no sabía que decirle a Thomas para que no se enterara de la verdad, así que solo dijo:
-Thomas, no te debes de preocupar por mi, no tiene caso, además, no es nada importante lo que tengo.
-Aunque no sea nada importante, no puedo evitar preocuparme por ti
-No vale la pena que te preocupes por mí
-Raquel no digas eso.
-¿Sabes?, mejor voy a tomar una medicina para sentirme mejor
-¿Qué medicina es? Yo voy por ti a buscarla
-No es necesario- dijo Raquel mientras se levantaba y después se iba corriendo hacia adentro.
-¡Raquel espera!- gritó Thomas, pero Raquel no le hizo caso.
Thomas no sabía que hacer, pensó que a lo mejor regresaba en un rato, que sólo se iba a tomar una medicina para sentirse mejor y que iba a volver con él, así que se quedó un rato afuera esperándola, después de unos minutos vio que Raquel no regresaba y se empezó a preocupar, así que fue hacia su habitación pero cuando llegó vio la puerta cerrada con seguro, y empezó a tocar y a gritar: “¡Raquel, ábreme!”.
Lía y Johan escucharon cuando Thomas gritó, Lía sospechaba sobre lo que estaba pasando, pero Johan no sabía nada, así que le pregunto:
-¿Lía que está pasando?
-No se si deba decirte
-¿Confías en mí?
-Si
-Entonces dime
-Pero esto no es sobre mí, es sobre Raquel
-¿Qué tiene?
Lía no sabía si decirle a Johan o no, ella sabía que él no iba a decir nada y que la iba a apoyar, pero le prometió a Raquel no decírselo a nadie, pero por otro lado necesitaba a alguien que también supiera el problema de Raquel para que no estuviera sola.
-OK, te digo- dijo Lía- pero me tienes que prometer no decírselo a nadie.
-OK, lo prometo
-Pero lo tienes que decir enserio, porque esto es algo muy importante.
-Esta bien, lo prometo, no se lo diré a nadie
-OK- Lía tomó aire porque la noticia que le iba a dar a Johan no era cualquier cosa- Raquel tiene cáncer
-Es broma, ¿cierto?
-Eso quisiera, pero no
-¿Pero como ocurrió?
-No se, sólo ocurrió y ya.
-Entonces, ¿si tiene cáncer?
-Si
-Thomas debe de estar destrozado
-Thomas aun no lo sabe
-¿Por qué no lo sabe?
-Raquel no quiere que nadie se entere
-Pobre Thomas, la persona que más ama esta enferma
-¿Qué?- preguntó enseguida Lía, ¿Cómo que Thomas amaba a Raquel?, ¿Cuándo ocurrió eso?
-¿Lo dije en voz alta?- Johan deseaba que Lía no lo hubiera escuchado bien.
Lía asintió.
-Es que- empezó a decir Johan- Thomas ama a Raquel
-¡¿Es enserio?!- preguntó Lía muy emocionada
-No puede ser que no te hayas dado cuenta, es muy obvio
-Soy un poco distraída.
-Se nota, pero me tienes que prometer que no le dirás nada a Raquel
-Pero…
-Pero nada, ella no se puede enterar aún, yo guardo tu secreto y tu guardas el mío.
-OK- dijo Lía un poco decepcionada.
Continuando con Thomas… él seguía tratando de que Raquel le abriera la puerta, pero no era nada fácil, ella ni siquiera le respondía.
-¡Dale Raquel, ábreme la puerta!
Raquel no respondió.
-¿Estas bien?- Raquel siguió sin responder- ¿Te hice daño?
Entonces Raquel por fin contesto.
-No, no es eso, sólo quiero estar sola.
-Estar sola no te va a hacer ningún bien, déjame entrar y así te hago compañía.
Raquel no se podía negar a Thomas, así que se secó las lágrimas y le fue a abrir la puerta a Thomas, Thomas al ver que Raquel estuvo llorando se preocupo un poco, pensaba que el le había hecho algo, cuando le iba a preguntar algo se dio cuenta de que ella se estaba sentando en su cama, entonces fue y se sentó del otro lado de la cama.
-Perdón- se disculpó Thomas
-¿Perdón por que?- preguntó Raquel un poco extrañada
-Por hacerte llorar, no lo quería hacer, no era mi intención.
-No fue tu culpa, es que pensé en algo feo, tú nunca me vas a hacer algo malo.
-Eso espero.